El periodismo fotográfico, el histórico, el de las crudas verdades, ha vuelto a sacudir nuestras conciencias esta semana con los reportajes de los crímenes salvajes del ejército ruso sobre la población civil en las pequeñas ciudades que rodean Kiev. El odio parece ser una reacción inmediata al mal y con el paso de los días de la invasión de Ucrania, el odio a Putin parece haber quedado en segundo plano. Mientras que el periodismo del día a día es enemigo de la memoria, el gran periodismo fotográfico, el histórico, el de las crudas verdades, nos ayuda a construir la memoria. Y aunque aquí hayamos decidido poner sólo cromos y no hacer historia, no olvidemos tan pronto el odio al Mal y a su ejército rojo.
Materia de cromo, por ejemplo, es la bofetada de un negrito a otro en la ceremonia de los Oscar. Hubo quien creyó que era una escena de cine, donde son tan habituales los sopapos, pero en realidad era un cromo. Un episodio ridículo de violencia entre "brothers" que así se llaman entre sí los negritos en las películas. Hollywood ya hacía el ridículo hace cien años cuando no dejó estar en la sala a la actriz que hacía de chacha en Lo que el viento se llevó, y sigue haciéndolo ahora, cuando se ha cedido todo el protagonismo a los hombres de raza negra. Porque la palabra raza y la palabra negro están prohibidas desde hace tiempo, y cuando se prohíben las palabras proliferan los cromos.
Aunque para bofetada de la semana, la de Feijóo nombrando a Cuca Corcho Secretaria General del principal partido (hasta ahora...) de la derecha española. Cuca Corcho hizo honor al nombramiento luciendo una chaqueta de diseño que parecía un enrejado. No voy a extenderme en comentarios sobre el bochorno a que ha llegado dicho partido político porque Federico Jiménez Losantos y Javier Somalo lo han contado con gracia y amplitud en sus dos crónicas de Libertad Digital. No sé qué es más cromo, si la bofetada del negrito o la carantoña de Feijóo a Casado en el Congreso Sucesorio de este fin de semana en Sevilla. Juzguen ustedes. Mientras que el cine hace tiempo que está de capa caída, el entierro del PP parece haber empezado. Todo entre aplausos.