Eh, cuidado, aviso: esto no es una reseña del libro de RAMON ANDRES. Es nada más que un billete para coger el sPyPnic e irnos a DELFT, que como no lo mueva un poco se le van a oxidar los cuetes. Hombre, lo que sí es cierto es que me he comprado el libro y que al leer las tres primeras páginas me quedé maravillado. Pero..., bueno, luego empecé a ver que el hilo del libro es una de erudición tras otra y... me pareció que me había equivocado, y que en vez de estar leyendo un libro me había metido yo en la wikipedia.
¿Se hacen ahora los libros por internet? ¿o con internet? -quiero decir. En un alarde de generosidad sobre los secretos de autor, Eduardo Gil Bera llegó a decir en su obrita sobre los estóicos que su fuente principal de sabiduría había sido la Biblioteca del Vaticano puesta en la red. Ramón Andrés, sin embargo, da al final del LUTHIER DE DELFT una pequeña Biblioteca para despistar y que no le echemos la culpa a internet. Sea como fuere, no es fácil leer más de cuatro páginas seguidas del LUTHIER sin que te apetezca dar una vuelta por alguno de los miles de lugares o nombres que pone, así que teniendo el sPyPnic a mano ¿por qué no irnos al mismo Delft y a la misma esquina donde Fabritius pintó al luthier? Dicho y hecho. Aquí el cuadro de Fabritius con el que arranca el libro.
Y aquí, yo mismo recién llegado a Delft con el sPyPnic, mirando a la misma Neue Kerk por detrás:
Pero, qué carajo, con lo aficionado que soy yo al sketch up, me congratulo de ver que otro cofrade de la aplicación había hecho ya su trabajo.
Ya que estamos en Delft vamos a ver si encontramos algún Cascote para la colección. Estos holandeses no suelen decepcionar. ¡Toma!, no hay que más que salir del casco viejo hacia el Oeste y mira mira cómo intentaron los modernos que fuera Delft:
Cómo para poner ahí la tienda del luthier. Una vaca han puesto en la rotonda por todo arte.
Aunque para arte arte, el de Bakema y Van der Broek en su famoso auditorio de la Universidad. Iupii, qué preciosidad.
Aquí la misma ocurrencia pero a cuatro manzanas de mi casa:
Y digo yo entonces, ¿para qué ir a Delft si ya lo tenemos en Logroño?¿para qué leer libros si tenemos que pasar por páginas tan asperas?
Pues eso. Que ya hemos leído un poco esta tarde y nos hemos dado una vueltecita por ahí a ver mundo. Todo gracias a Ramón Andrés y al sPyPnic.