Cuando alguien convierte su persona en personaje, automáticamente se crea en un cromo. Y aquí hacemos risas. Pero cuando un gran personaje, grandísimo, sigue siendo una persona, ay ¿cómo llamamos a eso...? Rafa Nadal es todo menos un cromo sPyP. Pero esta semana no podía abrir mi telediario sin una foto suya. Igual tendría que hacer dos tipos de colecciones distintas: la de los mindundis que por mor de los media se convierten rápidamente en personajes y la de aquellas personas tan grandes tan grandes, que nunca los tomaríamos como personajes.
Como este filósofo brasileño que ha muerto esta semana y del que no sabía ni que existía. Por lo que dicen ha sido fuente de inspiración de los nuevos populismos de ultraderecha (anda, como Nietzsche) o filósofo de cabecera de Bolsonaro, el actual presidente de Brasil, que tiene en jaque a todo el postcomunismo hispano. Hace unos años hicieron un documental sobre su vida, y todos los festivales progres de cine hicieron lo posible para quitárselo de encima. He intentado verlo por la red y está en inglés (de pago) o en portugués (gratis o de pirateo). No parece que nadie el mundo hispanohablante esté interesado en Otavo de Carvalho, por lo que pasa automáticamente a la colección de cromos buenos de la semana.
Pero vamos ya con los cromos de risa, que son lo que más nos gusta:
Esta semana entraron los tractores a Logroño en manifestación y tal era su poderío que pareciera como si los tanques rusos hubieran invadido Ucrania. Madre de dios, qué de caballos. Creo que la foto es de Justo Rodríguez, por lo que vaya para él mi aplauso. Yo ese día me había ido al monte.
Pero la superproductora de cromos de la semana fue una fiesta montada en Benidorm para elegir la canción de Eurovisión. Ríete de Nadal, de Olavo de Carvalho y de los tractores del Espolón. Un tipa en ropa interior y dos en bragas bailando como posesas enardecieron de tal modo a los revolucionarios podemitas que casi salen a quemar la calle porque no ganó su canción.
Como tampoco ganaron los creadores de este otro cromo gallego llamado Txandungueiras, que a punto estuvo de hacer caer a Feijóo.
En los meses venideros España será este cromo. Así que adaptemos los ojos a ello y hasta la semana que viene.
