Yo os suelo poner música de finales de los sesenta y comienzos de los setenta porque además de que fueron unos años musicalmente portentosos, fueron los años de mi "formación" musical; pero no os vayáis a creer por eso que yo soy un experto en aquellos años, ni mucho menos. Los magnates del mercado han sido siempre los que mueven el mundo y uno sólo se entera de lo que venden, o sea de muy poco. Internet ha roto ese monopolio y ahora uno se entera de lo que quiere. Y enterarse ahora de músicas de aquellos años 80 de cualquier otra época) es un gustazo, un placer enorme, una felicidad. Lo pongo en negrita para subrayar mi ilusión por ver cosas nuevas, por aprender, o por sorprenderme como un adolescente, y para quitar de la cabeza de algunos que lo mío sea negar, quejarme o criticar.
Bueno, el caso es que en los últimos tiempos y por culpa de la arquitectura, ja ja ja, corre por aquí una fiebre satánica que no veas. Lo de las brujas, demonios, misas negras, exorcismos y toda esa patulea no es cosa que me haya interesado mucho (al fin y al cabo son la otra cara de misma moneda religiosa) pero lo que más gracia me hace es que se invoque a Satán para ser mejor persona (o para arreglar los desaguisados de la arquitectura). Esta sí que es buena
Sea como fuere, todo el mundo sabe que la música heavy (rock duro) que tanto me gusta (para algunos momentos) adoptó desde hace tiempo el saludo satánico para sus conciertos (especie de misas satánicas),
pero lo que no todo el mundo sabe (¡y yo acabo de descubrir!) es que el grupo que empezó a usar el saludo de los cuernos hecho con la mano en el panorama musical, fue un tal COVEN, de Chicago, al que le dio por mezclar ya en los sesenta la psicodelia con el satanismo.
El álbum superfriki que os paso esta semana es por tanto una joya de coleccionista y además suena bien. Bueno, biennn, ja ja, no del todo, porque entre algunos temas muy escuchables, en que a la potencia de la cantante se suman elementales arreglos de aquellos años logrando una atmósfera musical muy curiosa (muy de algunos créditos de James Bond -dice mi socia), también les da por meter en el disco todo un ritual de voces de misas negras que suena a demonios, jo jo jo.
Vosotros escuchadlo como una pieza de antología y luego si lo queréis meter al ipod, pues ya sabéis, hacéis una limpieza de temas.
Y por lo que respecta a música satánica de verdad, ahhhh, la que han puesto los Dj a todo volumen (volumen brutal) en la plaza de Anguciana durante las pasadas fiestas. Boom boom boom, chumpa chumpa chumpa. O sea, como para salir al balcón y saludar así de verdad de la buena.