domingo, 20 de enero de 2013

523. ABRAXAS - 1970 - SANTANA



Aunque ha habido mucha música por medio esta semana (ZZ Tops y Elliot Murphy) lo lógico es cerrarla con algo de Woodstock. Y como Elena se quedó sorprendida al oír a SANTANA, ahí que va ABRAXAS al sPyPDb, y aquí que van algunos comentarios míos.

A comienzos de los setenta escuché mucho a Santana pero nunca me acabó de convencer. Nunca me acabó de gustar. Lo normal es no entender porqué las cosas nos gustan o no nos gustan, pero con el paso de los años algo llegas a intuir. Santana tocó en Woodstock y eso es ya un puntazo. Pero cuando la música se escucha a cien metros del escenario, la mejor música, seguramente, es la ambiental. Como la de Santana. Como la de Hendrix. Santana en Woodstock me daba que era como un eco de Hendrix.


Un tipo venido de abajo que triunfa en la abierta California con los estridentes punteos de su guitarra eléctrica. Hendrix fue el tipo que más cobró en Woodstock y por lo tanto, el que actuó en último lugar. Moriría trece meses después. Santana, sin embargo, ha seguido vivo y coleando hasta la fecha. Por casa siempre ha estado ABRAXAS en una casette, aunque el álbum al que más cariño tenía en aquellos primeros años setenta era CARAVANSERAI (seguramente por las sugerencias nómadas que tanto nos atraían).


En su discografía de estudio constan como sus álbumes números dos y cuatro respectivamente. Su primer LP, de título homónimo al autor, SANTANA, es de 1969, es decir, el año de Woodstock. Puestos a guardar un recuerdo del festival tendría que haber puesto éste en vez de ABRAXAS. Lo he escuchado un rato, como también he escuchado otro poco de CARAVANSERAI, pero ninguno me ha parecido que descollara sobre los demás. Puestos a seguir la carrera de Santana he conseguido también un álbum suyo de veinte años después, SUPERNATURAL, y sigue sonando muy parecido. La misma música ambiental marca SANTANA


Es alegre. Es marchosa. Es hispana (una de las primeras picas en Flandes de los últimos cincuenta años de imperio americano). Trae ecos de aquellos tiempos. No es nada del otro jueves pero está bien. Para disfrutarla sin exigirse mucho más.