Gobierne bien o mal, mientras lo haga cumpliendo las leyes y velando porque se cumplan, un gobernante se merece siempre un respeto, porque además de gestionar (bien o mal) los asuntos públicos, el gobernante es también la figura humana que me representa ante cualquier otra instancia pública. Creen los gobernantes que esa entente o contrato solo se revisa cuando hay elecciones, pero eso no es así. Cuando el gobernado transgrede la ley, es sancionado y pierde buena parte de su respetabilidad; cuando el gobernante hace lo mismo, pierde automáticamente su respetabilidad y su condición de representante de los gobernados. Así la presidenta Concha Andreu al publicar en twitter que iba en un coche a 156 km/hora.
Ya unos días atrás me había visto yo poco representado por Concha Andreu cuando se presentó de esta guisa a la recepción real de la fiesta de la Hispanidad. Se lo dije a la ESDIR, a ver si se ponían las pilas y podían echarle una mano, pero no dijeron ni mú.