Estando aislado cerca de Perpignan, en el verano del 2009, conseguí leer de un tirón el primer volumen de LOS ENEMIGOS DEL COMERCIO.
Lo hice como un atracón de historia sobre la antigüedad cuando no era consciente aún del grandioso proyecto de sabiduría en el que me había metido. Adquirí el segundo volumen en cuanto lo publicó Escohotado, pero estuvo mucho tiempo a la espera en la estantería de la biblioteca hasta que el verano pasado me lo llevé como único libro a las vacaciones en la Isla de Reunión y me puse al día en la revolución francesa y en el pavoroso siglo XIX.
Empezado el 2017, el año de la revolución comunista, he comprado el tercer volumen y esta vez he empezado a leerlo poco a poco, dos o tres páginas por día, deteniéndome en los personajes, los lugares, las citas de los volúmenes anteriores..., como quien ya disfruta del éxito de la expedición y no tiene prisa alguna por llegar al final. El final ya se sabe y los acontecimientos son tan próximos que casi estás leyendo sobre tu propio tiempo.
Hasta aquí hemos llegado. A un tiempo en que el mercado capitalista ha llegado a poner el precio del dinero en cero y una de dos, o la historia se ha parado y vamos a ser ya felices para siempre, o viene pronto una hecatombe.
Muchos no podréis poneros a leer estos tres grandes libros (escritos en muchos tramos con un lenguaje excesivamente abstracto, irritante o sarcástico más propio de artículos de lucimiento que de verdadera pedagogía / como una gran montaña en la que se pierden los senderos...) por vuestras muchas ocupaciones. Tiempo habrá, que la vida es larga. Pero para haceros una idea del alcance de la obra, está bien escuchar esta media hora de diálogo entre Federico Jiménez Losantos y el autor que promete dos capítulos más (aunque Jiménez Losanto está bastante pesadito y hasta irritante cortando a Escohotado más de la cuenta).