TURKISH FRUITS no podía fallarnos. Fue nominada a los Oscar como mejor película del año en habla no inglesa. Era de Paul Verhoeven. No era Opera Prima, sino segunda.... ¡Ah!, pues nada; cuando estás de racha estás de racha. Otro truño infumable. En ésta el artitta no es el director sino el protagonista..., que tanto da pues llegué a pensar si Paul Verhoeven pretendía que el escultor follador fuera su alter ego. Comparte con el truño de Scorsese lo del sexo, mucho sexo, mucho más que en la del italiano. Estamos en 1973 y todo lo que fuera ver culos, tetas y hasta la pollica, eran puntos por... la libertad (!). Pero a diferencia de la de Scorsese la música es repetitiva y lamentable. Malísima.
La película empieza con unas escenas truculentas de sangre para que eches a correr. Inmediatamente viene el sexo y..., bueno, aguantas un poco más, claro (...). Luego piensas que se trata de una película gamberra y guarra, y te ríes un poco. Pero resulta que no, que la película va en serio, que el artista y la chica se enamoran, hacen el locuelo (muy propio de un artista), sufren penurias, se casan, van a ver a la familia (porque el suegro es muy majo), cenan con más gente, y tienen celos, y se separan, y enferman y se muere ella. ¡Toma ya! Al final ya no hay por donde cogerla.
La chica es muy mona y eso de que te coja en autoestop y no haga ascos a que el chico le meta mano a los dos minutos es lo que hemos soñado todos. El tipo es tan cargante como todos los hombres (sólo quiere follar) pero como encima es artitta, pues cargante al cubo. No niego que tenga buen cuerpo y que les guste a las chicas. Pero ¿sabes qué...? Que ahora hay internet y para ver a tíos en bolas y con la pollica parada, y... a patadas, no hay más que dar un par de clicks. Qué antigüedad, por dos. Y qué rollazo. CERO PELOTERO.
¿Cuándo se va a acabar este año? ¿cuándo va a terminar nuestra mala racha de cine...? Socorroooooo...