Pongamos que abrimos uno de esos periódicos gratuitos que regalan en la calle y en la página 2, debajo de los editoriales y otras menudencias que no leemos, encontramos este chiste. Seguro que nos llamaría mucho la atención o no lo entenderíamos. Claro, es que el chiste que venía en el ADN del viernes era este otro:
Ahora lo entendemos. La prensa gratuita, esa que tan generosamente nos la regalan en la calle y que está pagada por la publicidad capitalista dirige sus puyas hacia los derechistas que la pagan. Será que a los derechistas que la pagan no les importa que se metan un poco con ellos siempre y cuando den contento y alegría a los proletarios que se han ahorrado el gasto del periódico. Luego pasarán por caja... ja, ja.
Ahora lo entendemos. La prensa gratuita, esa que tan generosamente nos la regalan en la calle y que está pagada por la publicidad capitalista dirige sus puyas hacia los derechistas que la pagan. Será que a los derechistas que la pagan no les importa que se metan un poco con ellos siempre y cuando den contento y alegría a los proletarios que se han ahorrado el gasto del periódico. Luego pasarán por caja... ja, ja.