sábado, 26 de noviembre de 2016

862. MURIÓ SIN QUE LE MATÁRAMOS



La muerte es grande siempre, decía Steve Jobs en su famoso discurso de Stanford, porque nos hace vivir mucho más el día a día. Pero qué grande es la muerte también cuando se lleva a la gente que ha matado y humillado tanto. La muerte que nos libra de matar. Como muy bien dice este ejemplar artículo de Libertad Digital, hoy es un día para celebrar a todos los que murieron y le sufrieron en sus carnes; y añado yo: a la gente que no mató al que por fin ha muerto. Por eso, en vez de poner la ilustración del muerto, que la historia y los hombres justos condenen para siempre, vaya ahí arriba el panel de algunos de los rostros que le sufrieron en toda su crueldad, y que el incansable Juan Abreu trata de homenajear con su pintura.