domingo, 23 de octubre de 2016

859. PEPE RIBAS EN LOGROÑO



Otra de vergüenza local. Ayer estuvo Pepe Ribas en Logroño dando una lección magistral de historia del último cuarto del siglo XX y haciéndose presente en su integridad personal y fibra moral, y... estuvimos cuatro gatos. ¿Dónde estaban un sábado a las seis de la tarde los historiadores, los periolistos, los excelentísimos profesores universitarios, los profes de instituto (¡los profes de mi Escuela!), los bibliotecarios, los cultos, los poetas o los cientos de autoridades culturales de todos los campos e instituciones que hay por tantas y tantas oficinas municipales y autonómicas? Qué vergüenza, qué vergüenza de ciudad. Qué vergüenza ajena. Vale que no fuera gente joven que aún no sabe quién es Pepe Ribas (como se vio en el presentador) o que tampoco fueran los olvidadizos postmodernos que compraron el Ajoblanco de los años noventa, pero... ¿y la gente de más de sesenta años que tanto tiene que agradecer el aire fresco que trajo a mediados de los setenta aquella mítica revista fundada por Pepe Ribas? Imperdonable. Bochornoso.

De la mano de la aspirante a la alcaldía por el PP doña Cuca Gamarra, hace cinco años vino a Logroño el ahora "gurú" (filósofo barato) Toni Puig, cofundador del Ajoblanco con Pepe Ribas y Fernando Mir, y el SPYP también estuvo allí y dio cuenta de ello, aunque lateralmente: v SPYP 195. Era una necesidad por tanto para mí ver en persona a Pepe Ribas para saber quién se cargó el primer Ajoblanco, y aunque releyendo el manifiesto de los trabajadores del número de enero de 1979 quedaba bien claro, siempre necesitamos, como Santo Tomás, ver a las personas en directo para meter el dedo en la llaga y saber la verdadera verdad de la buena.

Es decir, dos horas antes de la conferencia, me fui a la biblioteca del ático a echar una ojeada a los dos volúmenes de Ajoblancos de 1977 a 1979 que guardo bien encuadernados, y a refrescar la memoria de aquellos años tan difíciles, pero tan ilusionantes, de la salida del franquismo que me pillaron en el angustioso final de la carrera (todos los finales de carrera parece que son angustiosos/ de ahí el nombre de "carrera" que se le da a esa cosa, digo yo) y... ay, ¡la mili!

A la entrada de la conferencia me crucé casualmente en la puerta con Pepe Ribas y  tuve que contenerme de no darle un abrazo, tanta es mi deuda personal con el primer Ajoblanco. Pero mejor esperar a escucharle, a ver qué decía, no fuera que se le hubiera ido la olla como al Toni Puig. Al final de la charla y mientras le firmaba a Rosalía el libro LOS SETENTA A DESTAJO. AJOBLANCO Y LIBERTAD, que había venido a presentar, no pude por menos de estrecharle la mano y darle las gracias cordialmente por haber venido a Logroño. Y es que entre lo uno y lo otro, Pepe Ribas nos había regalado más de una hora de amable charla de la historia reciente de España vista desde el más puro y resistente de los libertarismos, y otra media hora de paciente escucha y respuesta a las balbucientes preguntas con que suelen acabar este tipo de eventos.

Salimos de la conferencia preguntándonos por las diferencias fundamentales entre el liberalismo tan de moda y el libertarismo tan abandonado, pero a la postre me hice la pregunta al revés: ¿qué une al liberalismo de Jiménez Losantos (colaborador también de la primera etapa de Ajoblanco), la socialdemocracia de Escohotado (por cierto, que aún os debo algún comentario de los esfuerzos de este verano por superar su segundo volumen de Los Enemigos del Comercio) y el libertarismo de Pepe Ribas: su vital y decidida posición contra el MIEDO. Su ilusión. Su amor a contar y compartir.

Entre los libros que tengo a mi alrededor y que por ser de artículos lo cojo de tanto en tanto, está también el FRENTE AL MIEDO, de Antonio Escohotado. El miedo, les contaba a mis más allegados hace unos días, parecía ser patrimonio de la infancia y de la vejez, pero su extensión a todo el espectro de las edades de la vida, pudiera tener que ver tanto con la infantilización de nuestra sociedad como con la decrepitud de la misma.

A los sesenta y cinco años, la edad en que oficialmente se entra en la vejez, Pepe Ribas sigue joven (que no niño) y sin miedo, y ayer nos anunció en Logroño que para el mes de abril estará en los kioskos el primer número de la tercera etapa de Ajoblanco. La gente inteligente ya no compra revistas ni periódicos (para no intoxicarse, como bien dijo el propio promotor de la nueva revista), pero el próximo mes de abril, el SPYP estará bien atento a los kioskos por si el milagro se produce. Ya se ha visto lo que el papel le ha dado a la pantalla, pero falta por ver lo que la pantalla le puede dar al papel, dijo Pepe Ribas. (No sé, no sé..., ojalá salgamos de dudas...)

Antes de la conferencia se proyectó el Documental sobre la historia de Ajoblanco realizado por David Fernández de Castro en el 2015 que ha estado disponible en internet durante un año y que incomprensiblemente, ha sido retirado. Rtve da cuenta del mismo en esta web y seguro que alguien que lo tenga lo resubirá pronto por otro agujero de la red. Está bastante bien, y os aconsejo buscarlo y verlo, aunque las frases cortas de Félix de Azúa no estén a su altura y Fernando Savater se sonría ante la endeblez del ideario libertario. Pero una cosa es el ideario, Fernando, y otra la fibra moral. Lo que creí ver en Pepe ayer es la misma fibra de los grandes hombres que pueblan este país, pocos pero suficientes para rescatarnos de la tristeza de ver la sala de la conferencia casi vacía.

(Y para que la fiesta no se acabara, después de la conferencia vimos la divertidísima película de John Huston de 1972, The Life and Times of the Jugde Roy Bean, de donde he sacado eso de la "fibra moral", ja ja ja, pero eso ya os lo contaré en el SPYCIN).

Por cierto, que no se me olvide: saber que Pepe Ribas ya le ha visto las orejas a Podemos y que se aparta de ellos como de la peste, fue otra de las grandes alegrías de la tarde. A ver si de los cinco millones que les votaron en las últimas elecciones, cuando menos les quita uno.