Lo nuestro en las Hurdes no fue "un viaje" sino más bien "una visita" para... saldar una vieja deuda. El viaje venía de mucho tiempo atrás, de cuando vi por primera vez y de forma semiclandestina (años setenta) el famoso documental de Buñuel "Las Hurdes, Tierra sin Pan". A diferencia del morbo que gereralmente provoca, a mí nunca me ha interesado la pobreza, ni el atraso, ni la barbarie. Y mucho menos la denuncia política interesada de todo ello, como la del documental de Buñuel, quien no duda en apañar las imágenes para que la "película" tenga el gancho sensacionalista que anuncian los nuevos tiempos. Un afortunado intercambio de casa a comienzos de mayo del 2024 nos colocó en Hernán-Pérez, pueblecillo a mitad de camino entre la Sierra de Gata y las Hurdes, por lo que era inexcusable dar una vuelta por ambos sitios.
El 4 de mayo teníamos previsto haber ido a la Garganta de los Infiernos en el valle del Jerte, pero una indisposición intestinal mía nos obligó a hacer algo menos movido y elegimos dar una vuelta por las Hurdes con la furgo.
El paso por los pueblos de las Hurdes bajas (Pinofranqueado, Caminomorisco, etc) ya nos puso sobreaviso del "nivel Ribafrecha" de la arquitectura popular reciente, amén de la barbarie de tener que botar una y otra vez con los bultos de la carretera cada vez que pasabas por un pueblo. No teníamos ningún plan preconcebido (solo nos sonaban los pueblos del documental de Buñuel que había vuelto a ver poco antes del viaje general del intercambio) así que cuando a la entrada de Nuñomoral vi en una señal de tráfico que solo eran 3kms lo que había a Aceitunilla (el primer pueblo que sale en el documental de Buñuel después del acercamiento por la Alberca y las Batuecas) di un volantazo y por una carretera bastante aceptable nos plantamos en el parking de la foto de arriba. De entrada, parecía un pueblo más de los que habíamos pasado por el camino. Misma fea arquitectura popular moderna.
El elemental porche y la rotulación del CONSULTORIO MÉDICO fue motivo de nuestra segunda foto: "esta me la llevo para mi instagram" dijo Rosalía. En un
documental de rtve de los años 80 ,bastante malo, por cierto, se puede ver que esta entrada al consultorio médico es exactamente la misma que entonces.
Curiosamente, el edificio que está detrás del dspensario médico, las Escuelas, ya estabaa contruido en 1933 según se deduce de esta captura de pantalla del documental de Buñuel
Siguiendo por la calle principal arriba pasamos junto a dos jóvenes con aspecto de macarras que estaban tan atentos a sus videojuegos y tan pagados de su falta de educación que ni levantaron la vista de los mismos.
Cuando la calle arriba abrió sus vistas al barranco pudimos ver allí al fondo a la izquierda las pequeñísimas casas tradicionales de las Hurdes que "todas juntas sobre la ladera formaban como un caparazón de un gran tortuga" -que decían Maurice Legendre y Unamuno y luego repetiría el documental de Buñuel.
hice esta otra foto con zoom, dejando claro que lo que allí buscaba...
...eran los restos de la imagen antigua de Aceitunilla o de esta imagen de Martínlandrán, el segundo pueblo que aparece en el documental
¿Hasta cuándo se pudo ver esta arquitectura tan primitiva en todo su esplendor? me pregunto ahora.
Un repaso por los viajes "míticos" de personajes famosos a las Hurdes me lleva a esta foto de finales de los años 50 de Oriol Maspons publicada en el libro CAMINANDO POR LAS HURDES de Amando López Salinas y Antonio Ferres.
Y a esta otra, que parece ser del mismo pueblo, LA FRAGOSA, tomada por Eduardo Saenz de Varona en 1967 y publicada en
su blog en mayo del 22
La calle arriba de Aceitunilla se estrechaba y el recuerdo, entonces, se iba hacia las imágenes de los niños bebiendo agua del arroyito que bajaba por las calles cuando llovía
esta misma podría ser
o ésta
o cualquier otra del laberinto de callejuelas que había en la cabecera del pueblo
subimos hasta las últimas casas, donde un tipo en batín azul fumando un cigarro que parecía haberse levantado de la cama a las doce del mediodía, nos dijo amablemente que si seguíamos hacia delante nos íbamos al monte
se podía aún hacer fotos bonitas, que evocasen aquella arquitectura homogénea que definía todo un modo de vivir y habitar aquella tierra...
...
...pero ese no es mi "estilo" de reportero
lo que fotografío y lo que cuento siempre es el desasosiego que me producen la arquitectura y la construcción popular de nuestros días,
la ruina del pasado y la falta de continuidad con el presente
las diferencias de escala
el descuido actual de la unidad entre las casas y las calles
el olvido de la topografía y la degeneración de la arquitectura primitiva hacia el chabolismo
aunque en mi estilo también cabe el aprecio por unas rosas y una calle limpia en medio del caos de formas
con.... texturas de forropiedra...¡lo que faltaba!
nos quisimos asomar al interior de las últimas casas en ruina
para ver su pequeñez, sus techos de pizarra sobre pobres entramados de madera, la ausencia de cualquier utensilio y hasta de aquella chimenea que denunciaba el documental de Buñuel
vimos el pueblo desde el sendero que lleva al monte
y fuimos mirando también la ruina de sus antiguos huertos y bancales donde vemos ahora hasta una piscina privada (!). Con el monte, sin animales, reforestado por el ICONA y aquí, en concreto, salvado del fuego que tantas hectáreas se lleva cada año por delante.
solo nos faltaba de ver la iglesia, obra moderna también, a juego con la nueva arquitectura
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paseando por Aceitunilla se nos echó el mediodía encima y subimos a comer (y celebrar el cumpleaños de Teresa) a Casares de las Hurdes, Bar Restaurante Montesol
donde degustaron (yo apenas comí) una original ensalada hurdana de naranja, limón y jamón (!)
De Casares me bajé de recuerdo la panadería que estaba enfrente del Restaurante, una foto que bien podría llevar por título: Las Hurdes, Tierra con Pan (más vale pan que arquitectura).
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El cielo se cubrió y de Casares fuimos hasta El Gasco por Mantinlandrán y La Fragosa sin parar en ninguna de estas poblaciones en las que nos llamó la atención lo altas que estaban respecto del río.
En El Gasco dimos un pequeño paseo hasta el
Chorro de la Meancera que ha quedado contado en el blog
APD 4my24.
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Antes de viaje de Buñuel, hay dos viajes míticos a las Hurdes:
el que realizó Miguel de Unamuno con Maurice Legendre en julio de 1913 y el que realizó
el rey Alfonso XIII en junio de 1922 con Gregorio Marañón. Los detalles del viaje de Unamuno pueden leerse en este artículo de 20sp2023:
MIGUEL DE UNAMINO EN LAS HURDES. El itinerario que en él se describe es impresionante: entran por Pinofranqueado y suben por el río Esperaban hasta las Erías. Pasan desde la aldea de El Horcajo hasta el Gasco por la ruta 24 del mapa que podemos descargar en la web todohurdes.com (que funciona como una carraca...) en la que a duras penas he podido dar con el pdf del mapa:
aquí.
Desde El Gasco bajan por el Malvellido hasta Nuñomoral y suben por el río Hurdano hasta Asegur hasta alcanzar el Ladrillar y cambiar de valle. Bajan a Las Mestas y salen por las Batuecas a La Alberca. Eso es un "viaje" ¡en 1913! y lo demás es cuento.
El de Alfonso XIII ha sido convertido en la ruta 26 de recorridos por las Hurdes. El documental filmado y las fotos son extraordinarios y pueden verse en el
blog mencionado de Eduardo Saenz. Un viaje épico que acabó nada menos que con un baño en pelotas del rey en el río Los Angele (Marañón no se quitó el calzoncillo).
El viaje de finales de los cincuenta de Amando López Salinas y Antonio Ferres que dio pie al libro CAMINANDO POR LAS HURDES voy a ir a buscarlo a la Biblioteca Pública.
Hay webs como
ALMAHURDES que traen de todo. Información hay ahora a patadas. Lo difícil es dar con una voz sensata, buena, inteligente, y... amena. En esa web encuentro uno de esos libros escritos por descendientes de las Hurdes que puede estar bien:
ZACARÍAS, UN ARRIERO EN LAS HURDES, en el que cuenta la vida de su abuelo.
En cuanto a rutas, las hay a patadas. Por seleccionar una pongo esta que desde hace dos años se celebra desde Casares de las Hurdes por la cabecera del río Hurdano y que parece tener senderos magníficos. Se llama
RUTA MAJA ROBLEDO y tiene unos 14k y 600+
Entre la Fragosa y El Gasco, ya vimos desde el coche senderos por el río verdaderamente espectaculares. Arquitectura no queda ya apenas, pero si sobreviven los senderos no todo se habrá perdido.
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Continúo mi viaje personal por las Hurdes yendo a la Biblioteca Pública de Logroño a pedir prestado el libro de Antonio Ferres y Armando López Salinas. Lo empiezo en la velada del 14 de mayo y lo acabo durante la mañana del 15. En la primera ojeada me decepcionaron las "ilustraciones": las fotos de Buñuel no son sino fotogramas de su película, y las de Oriol Maspons no están a la altura de su fama. La única foto que vale la pena es la que he puesto más arriba de Martinlandrán. En cuanto al texto, son como apuntes telegráficos de libreta. Frases cortas como de conversaciones entre extraños con un tono monocorde y seco que parece querer imitar al del entorno humano que trata de contar, aunque yo diría que más bien es deudor de la influencia o admiración por el documental de Buñuel. El itinerario, desde que entran por las Mestas, van a Vega de Coria, suben a Nuñomoral, etc. se puede seguir muy bien con el mapita que contiene al inicio o con google earth. La llegada a El Gasco, donde se pierden porque aún no estaba hecha la carretera es lo más novelesco. Y la subida a ver el Chorro de la Meancera ¡lo calcamos en nuestra visita!. No es el libro ameno y humano que me hubiera gustado leer, pero que duda cabe que es una pieza esencial para cualquiera que quiera hacer un viaje a las Hurdes más ancho que el de sus propias impresiones.
Item más:
Cuando pasamos por la carretera entre Martinlandrán y La Fragosa nos llamó la atención la señal de tráfico que hacía referencia a un lugar que no era ni el uno ni el otro pueblo: ¿qué era el Cottolengo?
En el libro de Antonio y Amador se hacen tres referencias superficiales al Cottolengo sin mayor extensión, lo que motivó que cuando acabé de leerlo me puse a investigar en la red. Pues bien, me vi entero
el documental grabado en el 2011 por el Canal de Extremadura, a los sesenta años de su fundación, y es que si el de Buñuel te encogía el corazón, este otro te lo exprime hasta que acabas llorando como una magdalena. Impresionante documental también.
Es evidente que en los grandes viajes o en los míticos relatos sobre las Hurdes se remueven las aguas profundas de los propios narradores, y que al final acaban todos por desnudarse como lo hiciera Alfonso XIII en el río de los Angeles. No valen las descripciones turísticas. Contemplar los últimos restos de vida en la prehistoria desde las comodidades y adelantos de nuestros días es algo que supera los buenos deseos de quienes tratan de contarlo, sea con las florituras literarias de Unamuno, con la saña de Buñuel, la sequedad de Antonio y Amador o la óptica celestial del vídeo del 2011.
Viajar a las Hurdes no es cualquier cosa. Seguro que la superficialidad del turisteo acabará por ignorar u olvidar estos pocos grandes viajes y relatos que han conformado "mi viaje", pero al menos yo habré dejado aquí mi apunte.