La religión del periodismo no solo sustituye a las anteriores en cuanto al monopolio de la VERDAD, sino también de la VIDA. Su primer mandamiento lo dice bien claro: lo que no se publica no existe.
Félix de Azúa lo contaba hace muchos años, creo que En el Aprendizaje de la Decepción o en alguna de sus muchas y divertidas entrevistas: con la fe general en el periodismo ya no necesitan matarte, es mucho más limpio y moderno hacer desaparecer tu nombre de cualquier publicación.