viernes, 24 de diciembre de 2010

187. BELEN

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Lo prometido es deuda. Estando en Dhiban, territorio moabita, no hay más que sortear el Mar Muerto en la misma dirección que camina el sol y preguntar. No tiene pérdida porque todo el mundo tiene en mente Belén. El único problema consiste en sortear la enorme distancia que, esta vez sí, hay entre el Belén imaginario de nuestra infancia y el Belén real de la geografía.

Nada más duro por lo tanto que contrastar las cinco imágenes de arriba pertenecientes a la así llamada "gruta del nacimiento" con las fotos de los tradicionales belenes de nuestras casas y parroquias.









Vayamos pues con orden y echemos un vistazo a la carta de navegación habitual del spypnic y llegémosnos a Belén desde el aire. Este el panorama de acercamiento:






Aunque también podemos echar un vistazo desde nuestra ventanilla "Panoramioca" a ras de suelo:












Menudo cisco de ciudad. Cualquiera encuentra ahora el hueco ese que veíamos desde el aire donde se supone que nació Jesucristo. Donde la mula y el buey, la adoración de los pastores, los Reyes Magos y el castillo de Herodes.

Pero bueno, como preguntando se va a Roma, este es el lugar de nuestra peregrinación, la gran plaza que da acceso a la basílica de la Natividad, a la que por lo visto se entra por una puerta como las de las tiendas de IMAGINARIUM. Es como si fuera el punto de encuentro entre el Belén de nuestra niñez y el real.






Saliendo de la plaza el panorama no parece muy apetecible:






Por lo que cerramos esta visita de Nochebuena en el belén familiar de un artista que ha intentado mezclar el encanto de la historia de siempre con las formas tradicionales del lugar:


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miércoles, 22 de diciembre de 2010

186. DHIBAN

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Cuando Mark Twain contaba en el libro que mencionaba yo hace unos día su llegada a Tierra Santa, contrastaba la magnificiencia de los relatos bíblicos con la realidad geográfica: por lo que se ve, a cualquier jefecillo de una cuadrilla o al cacique del pueblo le debían llamar aquí REY, dice Twain.

Las tremendas historias que cuenta esta semana Gil Bera de padres que ofrecen a sus hijos en sacrificio para impresionar al enemigo, resarcirse de su ninguneo o para contentar a un dios (COLERA DE PADRE), tienen como escenario un pueblucho de Jordania al este del Mar Muerto al que hoy vamos a ir directos con "el spypnick".

De aquellos arrasamientos de ciudades y tala de sus campos de los israelitas sobre los moabitas se debieron quedar los alrededores de Dhiban tal que así:





Aunque yo sospecho que el Dhiban originario no sería mucho más grande que el actual:





Lo que sí que tiene mérito es la escritura en esas piedrecitas. Claro que la historia se lo merece. Aquí la estela del rey Mesá ahora en el Louvre, claro:



Y ya que estamos cerca y en tres días va a nacer en Belén el dios al que luego su padre dejó que lo mataran, lo mismo aprovechamos el spypnic y nos vamos para allá.
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Dado que se ha caído el enlace transcribo aquí el artículo de GBera COLERA DE PADRE:

La religión con más éxito de crítica y público en el último par de milenios argumenta un dios que se siente vejado por los hombres, seres de su hechura, y decreta, en desagravio, que ejecuten a su hijo. Los adoradores de la divinidad esquizofrénica multiplican la escena del sacrificio expiatorio en la figura patibularia más ubicua y famosa del mundo. Esa religión tan divertida se apropió del senil imperio romano  y dominó durante dos mil años en los países de la lógica y la civilización.

De modo que matar al hijo porque el padre se siente más o menos ninguneado, no es ya la acción repulsiva y lamentable que aparece con cierta recurrencia en la crónica de crímenes —en España se han cometido veinte este año— sino que pertenece al acervo religioso más rancio. Antecedentes históricos de tan bella gesta se hallan en la estela del rey Mesá de Moab y en la Biblia. El ingreso de Yahvé en la literatura universal puede verse en el Louvre, al inicio de la décimoctava línea del texto inscrito en una lápida de basalto negro, hallada en el inolvidable verano de 1868, en Dhiban, por un misionero de la religión patibularia e inmediatamente rota por los beduinos, en muestra de severa crítica literaria. Los arqueólogos recuperaron los fragmentos y la estela es hoy legible en el museo parisino. 

En peculiares caracteres fenicios y lengua moabita, que es hermana de la hebrea, Yahvé hizo su ingreso en el mágico mundo escrito como un dios derrotado por su colega Kemós quien, no contento con tomar sus ciudades y exterminar a sus fieles, se apropió de sus vasos sagrados.

Los moabitas eran tribus establecidas al Este del Mar Muerto y emparentadas muy de cerca con los israelitas. El Deuteronomio estipula, en su estatuto de pureza de sangre, que los hijos de israelita y moabita serán excluidos de la comunidad incluso después de la décima generación. Estos odios tan estupendos sólo se consiguen cuando hay estrecha vecindad y semejanza. La estela del rey Mesá dice que los israelitas habían humillado mucho tiempo a los moabitas a causa de que la ira de Kemós ardía contra Moab. Pero un buen día estalló la ira de Kemós contra Israel y las cosas cambiaron. Los moabitas tomaron una decena de ciudades israelitas y se llevaron los vasos de Yahvé para el menaje sagrado de Kemós.

La versión hebrea es más de dos siglos posterior. Mientras la estela del rey Mesá es de mediados del siglo IX a. C., la redacción de las partes más antiguas de la Biblia data de finales del VII, cuando el reinado del piadoso Josías. Antes no era posible redactar una Biblia porque no había suficiente piedad nacionalista. Israelistas y moabitas se mezclaban sin mayor miramiento. Salomón, por ejemplo, tenía una esposa moabita y había erigido en Jerusalén un templo a Kemós el iracundo, dios nacional de Moab, edificación abominable que destruyó el piadoso Josías.

Y no sólo eran los moabitas del todo semejantes a los israelitas, cosa odiosa, sino que también lo eran sus dioses, que marchaban igualmente al frente de los ejércitos y tenían idénticos arrebatos de cólera. En la estela de Mesá y en la Biblia se encuentra parejo uso de herem (dedicación a la muerte), piadoso término de guerra santa que indica la práctica de consagrar a la destrucción el botín y matar en holocausto a todos los supervivientes enemigos. 

Cuentan las crónicas de la monarquía israelita que Mesá, rey de Moab, dejó de pagar tributo a Israel. Hubo que arrasar sus ciudades y talar sus campos, no sin antes escuchar la asesoría del profeta Eliseo quien cantó, acompañado de su tañedor, que Yahvé les anunciaba la victoria. Tras bendita destrucción del país moabita, sitiaron la ciudad de Kir-Hareset donde estaban reducidos los resistentes con su rey. Éste intentó romper el cerco al frente de sus hombres armados y, cuando vio que no era posible, sacrificó a su hijo y heredero en lo alto de la muralla, a la vista de todos, en sagrado holocausto. Este pasaje bíblico (2 Reyes, 3, 27) es una de las raros testimonios explícitos de una práctica inveterada y recurridísima: el padre sacrifica una parte muy señalada de su propiedad, como ejercicio supremo de invocación mágica. El efecto fue fulminante y los israelitas se retiraron.

Las traducciones canónicas de este pasaje suelen sugerir piadosamente una pseudosensibilidad ajena al texto y al contexto. Jerónimo dice en la Vulgata: Et facta est indignatio magna in Israel, statimque recesserunt ab eo. Lutero lo copia tal cual: Da kam ein großer Zorn über Israel, daß sie von ihm abzogen. Tampoco la versión de King James se aparta gran cosa: There was great indignation against Israel: and they departed from him. Parece como si los israelitas se indignaran ante el inhumano (?) espectáculo y se marcharan, cosa un tanto contradictoria porque la correcta indignación humanitaria incitaría a la detención del desalmado parricida, siempre presunto, para leerle sus derechos y llevarlo ante un tribunal. En King James y las versiones modernas se habla de una indignación contra Israel que ocasiona su marcha, se diría que es la cólera de algún innominado testigo colectivo, eso que ahora llaman opinión pública, que se escandaliza porque los israelitas sitiadores han llevado a la desesperación enajenante al rey Mesá. Pero, a la vista de la sucesión narrativa, nada de eso es sostenible porque el rey oficiante ejecuta algo que el autor bíblico sabe bien conocido por sus lectores: invoca a su dios mediante un sacrificio supremo que consiste en matar al hijo.

En la ciudad de Jerusalén, Salomón, el rey cosmopolita que daba templo a todo dios que le proveyera mujer o bien fungible, había dispuesto el servicio público municipal de unos quemaderos donde los cabezas de familia piadosos pudieran inmolar cómodamente a sus primogénitos en honor de Molok. 

Y Yefté, piadoso juez de Israel, fue célebre por sacrificar en holocausto a su única hija en honor de Yahvé, para agradecerle su victoria sobre los adoradores de Kemós. Hasta el bueno de Händel quedó impresionado y le dedicó un hermoso oratorio. 

En ese alegre contexto donde los hombres infligen a su dios las funciones de padre matahijos, no tiene nada de raro que Yahvé exija que Abraham le sacrifique a Isaac, ni que decrete la ejecución de su hijo Jesucristo a causa de lo paternalmente enfadado que está con la humanidad. Cioran, siempre optimista y navideño, dice que hoy seríamos totalmente diferentes si la era cristiana se hubiera inaugurado con la execración del creador.
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martes, 21 de diciembre de 2010

185. LA LOTERIA EN ZAPATRONIA

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Como diría Borges, ya hemos vuelto a aquello contra lo que lucharon los griegos: el principio de incertidumbre. El nunca Nobel jran escritor argentino contó en LA LOTERIA EN BABILONIA las muchas y estrambóticas maneras de practicar el azar en la vida de aquella parte entre ríos que según conté en no sé que otro post (ah si, ya sé, en el CASCOTE DE Hong Kong) partió el mundo en dos con el griego.

La cosa es que el Zátrapa Socialista, aprovechando que es Navidad, nos ha alargado la condena al trabajo por dos años más. Un griego sensato ofrecería una respuesta racional: muy bien, pues entremos a trabajar dos años más tarde. O distribuyamos el trabajo que nos quedaba por hacer hasta los sesenta y cinco en ese nuevo periodo algo más dilatado. Nada más sencillo.

Pero lo curioso del caso es que la edad de entrar a trabajar no tiene nada que ver con la cantidad de trabajo a realizar y realizado, ni con la edad de dejarlo y ponerse ya cobrar sus réditos de la Compañía sin pegar ni chapa. Mientras se anuncia que muchos desgraciados se jubilarán a los 67 se noticia que las fusiones de las mangutas Cajas de Ahorro Provinciales van a llevar a la jubilación en estos meses a más de 4.000 empleados en la bonita edad de 55 años.

Un amigo de Santoña de 56 años con el que me encontré en la última reunión de alumnos me contó que como era mal estudiante no consiguió aprobar las oposiciones al Estado y tuvo que quedarse como empleado en un mal Banco. Pero como en aquel cuento chino de la mala/buena suerte, ahora se ríe a gusto de su torpeza con los estudios porque mientras los que aprobaron trabajan, él se levanta cuando quiere de la cama, pasea al perro, y silba a las chicas por la calle, cobrando la misma paga.

Más que Alianza de Civilizaciones yo creo que se trata de un Mix de Civilizaciones. Ya no es sólo que vengan los paquis a llenar las camas de los hospitales; es que ahora vamos a jugar a la Lotería de la Vida desde chiquitines. Como en aquella Babilonia borgiana: "soy de un país vertiginoso donde la loteria es parte principal de la realidad".

Y yo sin jugar ni un décimo mañana...
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lunes, 20 de diciembre de 2010

184. JAVIER KRAHE

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Coincidimos codo a codo en los urinarios durante el descanso de su actuación de ayer en el Bar Central de Madrid, y aprovechando lo íntimo de la ocasión y sin presentación previa le pregunté si el Javier Krahe que posteó en los primeros tiempos del blog de Azúa había sido efectivamente él. Lejos de sorprenderse o de preguntarse por la pregunta me dijo sencillamente que él no había sido y que hasta el propio Azúa llegó a pensar que fue él. Me dijo que había comprado el libro del blog que luego publicó Herralde (ABIERTO A TODAS HORAS) y que se había extrañado de verse en los agradecimientos por los comentarios, pero no dio demasiada importancia al asunto. Cosas de internet. Por otra parte, me dijo, tengo un primo mayor que también se llama Javier Krahe y que tiene un hijo homónimo, pero no creo que ellos se metan en esas cosas.

Ya fuera de los aseos y mientras me invitaba a fumar uno de sus puritos le expliqué que la historia tenía un interés personal, y es que una de las veces que entré en el blog para criticar el pertinaz anonimato de los comentaristas y me vi insultado por ellos, el tal Krahe salió en mi defensa, lo que me llenó de orgullo. Mira por donde que el orgullo era falso y el apoyo, el de un impostor.

Dicen los entusiastas del personaje que Javier Krahe es un hombre que va cantando verdades, pero a mí me parece más bien un encantador de serpientes, un tipo feliz que va a su bola y que pasa indemne por encima de los escorpiones. Un bardo que vive en un tiempo en que ya no hay bardos. Un buen cómico que controla perfectamente a su público, y un buen letrista de los temas que mayormente interesan a la gente, es decir, el sexo y el sexo. La mayor de las verdades que le he oído decir en las entrevistas colgadas en internet que he leído después del concierto es que él no se considera un poeta, sino un letrista. Enseñar eso a los periodistas y a los televidentes ya tiene su mérito.

Pero ahora los bardos ya están en internet, y en cómodos fascículos youtube de 10 minutos. Me alegra haber visto antes el directo que los videos por aquello de que antes se les veía así. Cambia la emoción del momento, que es mucho mayor en una tarde de sábado en Madrid que delante de una pantalla, pero el mensaje y las risas son iguales en un medio u otro.

Eso sí, mientras en estos años en que la inteligencia se ha refugiado en internet y algunos de sus colegas como el Sabina o el Wyoming se han hundido en la miseria de sus declaraciones o programas de las televisiones-basura socialistas, Krahe, cantando por los bares y pequeñas salas de provincias, parece seguir intacto.

No sé muy bien cuál será el secreto de su arte pero ahora pienso que hasta es posible que lo que me dijo en la intimidad mingitoria no fuera más que una prolongación de su mejor cinismo teatral.

Pongo aquí ordenados los nueve vídeos de la película que sobre sus canciones y su vida de músico rodaron en el 2004. Sale un 80% aproximadamente de las canciones que le oímos cantar ayer: sus mismas gracias, los mismos aplausos y la misma entrega del público. Lo que no deja de ser decepcionante para quien se pueda creer que estuvo en un espectáculo único.


Parte 1


Parte 2



Parte 3


Parte 4



Parte 5


Parte 6


Parte 7


Parte 8:


Parte 9



miércoles, 15 de diciembre de 2010

183. LORENA

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El video es un poco cutre (fijaros que al bajo, instrumento central del jazz no se lo oye en absoluto) pero os aseguro que en directo es otra cosa y que esta chica tiene por delante una gran carrera como cantante de jazz. Los músicos que la acompañan (una pena que el contrabajo y el guitarra estén escondidos detrás del saxo y la cantante) tienen el nivel necesario para acompañar bien, que es lo que hace falta en casos de grupos amateur donde solear más de cuatro compases seguidos siempre está de más.

El mayor problema como grupo lo tienen en esa mala pose de los conciertos de escuela o ante los amigos, donde uno no acaba de creerse músico y se intenta cumplir o dar bien las notas más que hacer música y transmitir música al público. De todos modos están justo en la línea o límite de poder hacerlo y de ahí el pequeño empujoncillo desde este blog.

Animo pues que la mejor música no es patrimonio del virtuosismo sino del buen gusto de cada circunstancia y de sacar provecho a lo que hay.
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lunes, 13 de diciembre de 2010

182. EL MODELO JOBS

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Los cincuenta y cuatro minutos de Vargas Llosa los hace Steve Jobs en quince. Que es como decir que con las marcas olímpicas de hace veinte años en la actualidad no te dejarían ni ir a la Olimpiada. Al decir ayer que el discurso era un género obsoleto me acordé de esta pieza maestra del creador de Mac. Los disfraces universitarios parecen de chiste y los grititos de los estudiantes dan color a la voz monocorde del ponente. Estamos en nuestro tiempo, el contexto es otro, pero la fuerza de la palabra cuando se engarza maravillosamente bien en contar historias es la misma. Infinita.
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domingo, 12 de diciembre de 2010

181. UN DISCURSO EN INTERNET

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En el paraíso de la brevedad que es internet a veces vale la pena detenerse más de un minuto ante algún hallazgo, máxime si se trata de un género arcaico ya en desuso y obsoleto: el discurso.
La sala de entrega de los Nobel (o la de los Principes de Asturias...) y los personajes que pueblan esas salas parecen pertenecer a otro mundo, un mundo cada más más exiguo y decadente, el mundo de los premios, los políticos, los figurones y... los discursos.

Pero como decía aquel bello verso de Hólderlin, en el peor estercolero crece una flor: en internet no todo es breve y en la sala de los Nobel no todo es tedio. El discurso de Vargas Llosa en la recepción del Nobel, colgado en internet al poco de producirse (ayer, 11 de diciciembre del 2010 a las 7:30) es una bella flor que merece la contemplación de cincuenta y cuatro minutos. Aunque no sea más que para oír en ellos la frase de la democracia liberal y el RESPETO A LA CRITICA, o esa otra en la que se dice que CRITICA ES EL MOTOR DEL PROGRESO. O para ver que en un discurso pronunciado entre mármoles, paredes doradas y lamparones de cristal, además de frases bien construidas, caben otras muchas cosas.
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